Peruanos todos, hagan sentir su voz de desprecio en las urnas, a todos.
El código de la mafia, en su máxima octava obliga a sus miembros a “decir la verdad” a cualquier pregunta y en cualquier situación.
El falso estado encabezado por Francisco Sagasti, supera a la mafia mintiendo sin límites, con acciones que ni el hampón más cruel cometería: asesinar por asfixia a su propia familia. ¡Un país es una familia!
Francisco Sagasti cuyo intelecto es incompatible con el de un líder patriota y con carácter, ha comprometido la compra de 38 millones de dosis de la vacuna china Sinopharm al exorbitante precio de 74.5 dólares la unidad.
Estamos hablando de un desembolso de 2 '235,000,000 de dólares del erario nacional. Más de 2 mil millones de dólares de gasto en una operación que solo protegerá a la mitad de peruanos. Es un acuerdo que solo una pandilla de enemigos del pueblo puede haber aceptado.
¿Porque aceptaron pagar 74.5 dólares por dosis, cuando esta se ha ofrecido a los argentinos por 30 dólares?
¿Porque no abrieron la negociación de la vacuna con todos los laboratorios? Nada lo impedía. En un contexto de guerra era lo que tenía que hacerse.
¿Porque ignoraron la vacuna rusa Sputnik V? Es la más efectiva y se vende apenas a 10 dólares la dosis. Los rusos no tienen mayor dificultad en revelar su precio.
Estamos frente a uno de los más grandes robos cometidos en nuestro país. Si no es así, retamos al gobierno a que muestre el acuerdo firmado con el laboratorio Sinopharm.
El argumento de que los laboratorios exigen cláusulas de confidencialidad para facilitar sus estrategias de precios de acuerdo con la situación económica del país comprador es engañoso. Si el producto bruto interno (PBI) argentino (477 billones de dólares) dobla al peruano (232 billones de dólares), entonces, el Perú debió haber pagado 30 y no 74.5 dólares por dosis.
En el mundo de la mafia tampoco se tolera el hurto, tal y como lo corrobora su décima máxima “nunca robar el dinero de otras personas o de otros clanes mafiosos”.
Si los piratas que tenemos en el estado tuvieran algo de cariño por el Perú hubieran negociado con Rusia. Por el mismo número de vacunas, es decir 38 millones a 10 dólares la dosis, tendríamos un ahorro de más de mil ochocientos millones de dólares (1'855,000,000) una fortuna que todos los peruanos perderemos injustificadamente.
Con este fondo tendríamos dinero para reflotar a nuestro sistema sanitario de las cenizas, colocar plantas de oxígeno en todo el país e incluso financiar la vacuna peruana.
Apreciados lectores, estos negociados se hicieron siempre en el Perú.
Por eso nuestro país continúa en un estado de orate, deambulando, dopado, sin rumbo.
Hasta un ganster lo da todo por su familia tal y como lo sostiene su máxima de máximas “Un hombre que no pasa tiempo con su familia nunca puede ser un hombre de verdad”.
Graben en sus corazones para siempre la traición cometida contra su vida y la de sus queridos familiares.
Peruanos todos, hagan sentir su voz de desprecio en las urnas, a todos.
