OPINIÓN | Dr. Víctor Pérez: "Vivimos entre Fieras"
- Vik Perez
- Feb 24, 2021
- 2 min read
En plena guerra el estado antipatriota se alía al virus y masacra al Peru
Para el apóstol Pablo “Vivimos entre fieras”. Solo en un país de desquiciados puede haber elecciones en medio de una guerra contra la COVID-19. Donde codiciosos mercenarios de los “productos” políticos - no son partidos - conscientemente prefieren continuar con la venta de cebo de culebra – nos ven como meros consumidores - en pos de un cargo público, en vez de sumarse a la batalla contra el bicho.
¿es que no hay límite para la codicia humana?
El propio estado tal como en los campos de concentración de Majdanek, Auschwitz y Treblinka se aparea con el virus, para exterminar a los peruanos de a pocos, matarlos de hambre y aire.
Lo hace al impedir que el sector privado se meta en la pelea por conseguir las vacunas de donde sea.
Obstaculiza la importación individual de concentradores de oxígeno. Mantiene una cuarentena que afecta a los peruanos más vulnerables con un bono tardío y discriminatorio.
Contra toda lógica, no apoya el desarrollo de la vacuna peruana.
¿no se dan cuenta que estamos en guerra?
Poner como pretexto que los estragos causados por la pandemia son inevitables por ser un evento global, es una ruindad a la que recurren los mediocres. En el sentir de José Ingenieros, “El mediocre aspira a confundirse con los que le rodean; el original tiende a diferenciarse de ellos. Mientras el uno se concreta a pensar con la cabeza de la sociedad, el otro aspira a pensar con la propia”.
Martin Vizcarra y Francisco Sagasti son los responsables políticos de esta hecatombe.
Hasta las hormigas se unen y luchan juntas en una situación de peligro inminente. El ínfimo cerebro de este insecto es suficiente para guiarlo en la conducta adecuada.
Con un presidente sin liderazgo y un aparato estatal venal corroído por la mediocridad generalizada ¿para qué queremos más enemigos? Es evidente que no tenemos a los peruanos más capaces en el estado.
Apreciados lectores, nuestro país está siendo derrotado por una mutación mortal: la del COVID-19 con un seudo estado enemigo del Perú, que debe ser recompuesto desde sus cimientos. Del ideal estado Aristóteliano, dícese “unión de familias y pueblos que tiene como fin una vida perfecta y autosuficiente, lo que significa una vida feliz y digna”, sólo queda chatarra.
Huérfanos de estado, por ahora solo nos queda protegernos entre nosotros. Por eso el poeta Juan de Dios Peza llamaba “a los muertos sus amigos, y a los vivos sus verdugos”.

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