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  • Writer's pictureVik Perez

OPINIÓN | Dr. Víctor Pérez: "La Economía o la Vida"


El dilema de los presidentes



Que es más prioritario ¿La economía o la vida? el coronavirus ha resultado ser un retador de peso imprevisto para la economía de mercado dominante en el planeta. En este contexto, la pandemia desnuda la esencia de los líderes del mundo. Las potencias del crecimiento detrás de Donald Trump y Boris Johnson se han inclinado por la economía con reacciones intencionalmente tardías que hoy se cuentan en miles de vidas que pudieron salvar. Mientras que muy pocos líderes, entre los que se encuentra Sauli Niinisto, Presidente de Finlandia quien ha tenido una reacción más rápida y optado por priorizar la vida por encima de la economía, al menos en un primer momento.

Pero la vida consta no de uno sino de varios momentos y el liderazgo no de una sino de la suma de un conjunto de decisiones valientes y con norte. La crisis del Covid-19 recién toma cuerpo y es allí donde el mundo va a conocer de que están hechos sus líderes políticos. Quienes apoyan la vida entienden que es el bien supremo y por tanto prioritario no solo en una situación crítica sino en cualquier momento. En la otra esquina están quienes defienden la economía por encima de la vida, piensan que un colapso del motor económico del crecimiento traería un desastre superior a la pérdida de vidas humanas porque según su entender muchas empresas quebraran y ello conllevara a una explosión del desempleo y la miseria en el mundo.

La cosa no es tan así. Los líderes del mundo que intuyen que este es un momento de la historia donde la vida es el bien único a preservar y defender sienten la presión de la economía del crecimiento y dudan con razón. ¿Pero es la sabiduría es superior a la razón? Al menos la sabiduría de la biblia sugiere que “Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro”.

Aunque la vacuna, el único antídoto realista para combatir la pandemia estará optimistamente disponible el próximo año, varios presidentes liderados por Xi Jinping anuncian la reactivación progresiva del aparato económico con el argumento que un tiempo de para mayor terminará por destruir su sistema empresarial. En este diríamos segundo momento, el argumento de la economía del crecimiento retoma fuerza porque suena lógico y creíble si se analiza desde sus propias teorías, pero es preciso hacerles saber a los líderes, al menos a aquellos que están dudando que existen otros enfoques económicos más compatibles con la vida que merecen ser sopesados. A propósito, dudar no es malo: “El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona” decía Aristóteles.

Uno de estos mecanismos es el “de-growth” o teoría del no-crecimiento que a diferencia de los postulados de la económica liberal, apunta a satisfacer las necesidades humanas básicas, una mejor calidad de vida y la reducción del impacto ecológico de la economía a un nivel sostenible a través de medidas como la promoción de monedas locales, la eliminación del dinero fiduciario, la reducción de las horas de trabajo, la introducción del ingreso básico y el techo de ingresos entre otras.

Los desafíos que plantea esta pandemia no son opcionales, esta vez los lideres sobre todo aquellos con la virtud de dudar deberán encontrar una solución viable a dos preguntas fundamentales e ineludibles ¿es necesario crecer más allá de lo necesario? ¿es posible vivir mejor con menos y en armonía con el medio ambiente? La esencia de sus decisiones nos revelará de que esta hecho su liderazgo.



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