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  • Writer's pictureVik Perez

OPINIÓN | Dr. Víctor Pérez: "Peru el país de los lagartos"

Un verdadero líder pone su vida al servicio del país



La conducta de Martin refleja la idiosincrasia del país, alienada e inauténtica en las palabras del filósofo Augusto Salazar Bondi. No debemos sorprendernos, tenemos una inacabable variedad de lagartos agazapados bajo el antifaz de líderes y funcionarios públicos, apoyados por un estado reptiliano a quien tampoco le interesa el país.

La política que debiera reunir a los patriotas y científicos más brillantes se ha convertido en el nido de los desposeídos de virtudes éticas y profesionales, así como de empresarios que solo buscan un puesto político para vacunar sus negocios del fracaso.

En Finlandia, es impensable que un empresario se dedique a la política porque sabe desde muy niño que la función pública es irreconciliable con los negocios.

Por el contrario, el fiero individualismo de Martín reconfirma que la sociedad peruana yace momificada desde hace doscientos años, no ha habido evolución social. Martin es el resultado del fracaso histórico del Peru, enarbola algo difícil de digerir, pero necesario de explicitar: representa la mentalidad de la mayoría de los peruanos.

Es el fruto de un sistema educativo inútil y desigual, de medios de comunicación que dedican interminables horas al a difusión del morbo y la superficialidad; de una sociedad que inculca que lo que cuenta y vale son las influencias, el abuso, la viveza, no el mérito y la honra. Es consecuencia de un ambiente familiar que no provisiona a los suyos con los valores mínimos de recato, respeto, responsabilidad y amor al Perú.

Todo embalado en el ropaje de una falsa democracia que solo se sirve del pueblo en las elecciones para legitimar el continuismo de un estado esclavista y tiránico.

Un verdadero líder, que por ahora no ha aparecido en el Peru, pone su vida al servicio del país, no pone el país al servicio de su vida. El Dalai Lama sostiene que “un líder debe extender sus brazos hacia el cambio, pero nunca a costa de sus valores”.

En un país destruido moralmente, con un capitalismo montuoso y mal aplicado, infestado de lagartos en todos los niveles de la sociedad, es necesario reconstruirlo todo desde el principio, empezando por los valores morales y éticos.

Lo sostenía el liberal Augusto Durand en 1890 “No podemos permitir que el pueblo este bajo el peso de la injusta tiranía, sobre todo, cuando el gobierno sustituyendo la voluntad nacional por la suya, suprime las libertades públicas dando interpretación antojadiza a las leyes que no las cumplen y convirtiendo así a un pueblo de hombres libres en un pueblo de esclavos”

Desafortunadamente, las elecciones venideras no ofrecen ninguna solución porque provienen del mismo sistema político que históricamente ha promovido la masiva participación y elección de lagartos. Tras las elecciones los conoceremos.






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